A P I E   I n f o r m a

Boletín periódico bimensual | Número 05 - Junio de 2009
ENERGÍA – LA ALTERNATIVA NUCLEAR - 1ra. parte

Es necesario destacar, inicialmente, el papel relevante del sector energía en la evolución de las sociedades a lo largo de toda la historia de la humanidad, pero además marcar su necesaria gravitación económica y su peso en el orden político, social y cultural de las mismas.
Universalmente se acepta que el sector energético representa para la infraestructura material básica, el equivalente de la educación para la configuración cultural de un pueblo. Si asumimos esa premisa, habría que pensar si algún país puede ser “realmente soberano” mientras no tenga asegurado el “manejo irrestricto” de estas áreas.

UN POCO DE HISTORIA
Durante la primera mitad del siglo anterior, la energía fue considerada un bien inagotable, y su consumo se transformó en “despilfarro”. En las primeras décadas de la segunda mitad de aquel siglo comienzan a aparecer algunos signos preocupantes, los cuales llevaron a que en 1968 el Club de Roma publicara el libro titulado “Los límites del crecimiento”. En él los expertos del club analizaban la disponibilidad de los recursos naturales mundiales frente a los niveles de consumos presentes, y previsibles, de la población, concluyendo que, de seguir con aquel ritmo de consumo, el agotamiento de los recursos naturales y energéticos, especialmente el petróleo, aparecería en un horizonte no muy lejano.
El informe del club generó mucha polémica y sus pronósticos no fueron muy aceptados de forma general, provocando además algunas reacciones inesperadas y claramente negativas, como el aumento desmesurado del barril de petróleo que originó la primer gran crisis de la energía que afectó, fundamentalmente, las precarias economías de los países del tercer mundo, pero también tuvo consecuencias positivas ya que en la década del 70 se tomó conciencia de que la dependencia de una sola fuente de energía primaria era una apuesta muy arriesgada y que una forma de disminuir el riesgo era evitar el “despilfarro”, aflorando así el concepto de “ahorro energético”.
Contemporáneamente un nuevo aspecto vino a sumarse al debate sobre la energía, pues los análisis sobre los impactos medioambientales indicaban que la generación, la transmisión y el consumo de la energía eléctrica, en sus diferentes fuentes y formas, producían elevados y muy diversos efectos contaminantes y que el medio natural no podría soportarlo durante mucho más tiempo.

Con estas dos nuevas preocupaciones comienza a configurarse el escenario de las “Energías Renovables” para su aplicación en la generación eléctrica a escala industrial.

Casi simultáneamente se había desarrollado la tecnología que permite la generación de energía eléctrica utilizando como fuente primaria la energía acumulada en el núcleo de los átomos, dando comienzo así a la denominada generación “Nucleoeléctrica”, la cual nace con el estigma, o pecado original, de lo ocurrido años antes en Hiroshima y Nagasaki. Pero también aparecen quienes se oponen a ella y quienes levantan la voz para denunciar el calentamiento global y su consecuencia, el cambio climático, dando lugar, a partir de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, al concepto de “Desarrollo Sustentable”.

Debemos recordar que para 1992 ya se habían registrado los dos (2) accidentes más importantes relacionados con la generación nucleoeléctrica en el mundo, el de Three Mail Island (EEUU) en 1979 y el de Chernobyl (URSS) en 1986, significando este último un duro impacto en el desarrollo de esa tecnología. Es importante destacar que ambos accidentes se produjeron en los países potencialmente más desarrollados de la época, y asumiendo que la frontera del conocimiento es dinámica, tal como lo sostenía Sadosky, considero “que esos errores se capitalizaron para buscar nuevas verdades”.  

POLÍTICAS Y CONOCIMIENTO

Definir políticas sobre energía implica, entre otras cosas, establecer la matriz energética en cada país o región, y ello representa  una decisión estratégica que “permite  encontrar posibilidades donde muchos no ven más que problemas”.
Dentro de ese contexto, toma sentido el criterio de “Diversificar la matriz energética, con relevancia de las fuentes naturales que tiene cada espacio geográfico”, con lo cual se debe pretender asegurar un desarrollo sustentable en dicho espacio y contribuir desde el mismo a la mitigación del cambio climático.
Para ello es necesario buscar las posibles sinergias entre sectores público y privado, con estudios serios e imparciales, que favorezcan la toma de decisiones respecto a la puesta en marcha de políticas que asegurasen aquellos desarrollos y con una visión estratégica por parte de los diferentes estados.
En el caso de las Energías Renovables No Convencionales (ERNC) o limpias, y las de baja emisión, la dificultad para muchas regiones geográficas del mundo estriba en encontrar el nivel de conocimiento necesario por parte de quienes integran los diferentes grupos de estudios, que de tenerlos, les permitiría superar  la falta de confiabilidad de la sociedad y el consiguiente aumento del riesgo en el desarrollo de proyectos de inversión para esas áreas.
Aquí vemos que aparece como recurso estratégico el conocimiento de una tecnología por parte de una determinada comunidad, y en ese sentido Argentina posee un nivel de conocimiento y experiencia en el campo de la tecnología nuclear que es reconocido internacionalmente, habiéndole significado ello ingresar al club de países exportadores de dicha tecnología. En ese mismo sentido, la circunstancia de tener que afrontar en forma directa la terminación de la Central Nuclear Atucha II, representa para nuestro país un avance cualitativo y cuantitativo en el manejo de la mencionada tecnología. 

GRAVITACIÓN ECONÓMICA, POLÍTICA, SOCIAL Y CULTURAL
Aún hoy, después de casi medio siglo de aquellas primeras manifestaciones de preocupación, las sociedades acostumbradas a disfrutar cotidianamente los beneficios que produce la energía, difícilmente sean conscientes del problema energético que el mundo está enfrentando.  Problema este complejo y de gran magnitud que impactará en el desarrollo de la humanidad durante este siglo XXI, y sin que por ahora se vea una salida clara en el mediano plazo.
La dependencia de la humanidad respecto de la producción de energía se ha acentuado con el “tipo de crecimiento económico que el mundo mayoritariamente ha adoptado”, el cual impulsa fuertemente el consumo de energía en todos los países, pero especialmente en los más desarrollados y el que va a requerir el actual desarrollo acelerado de China e India.
Esa dependencia genera una fuerte necesidad de producción y abastecimiento de energía, influyendo ello en las decisiones de política internacional de las grandes potencias, haciéndolas vulnerables al sostenimiento de una política internacional congruente con lo que predican respecto del sistema de vida  democrática, la política de derechos humanos y la libre determinación de los pueblos. Tengamos en cuenta que gran parte de los hidrocarburos están ubicados en zonas del mundo que se caracterizan por la inestabilidad política y a menudo por sistemas políticos no concordantes con las democracias formales, factores estos utilizados como excusa por los EEUU para invadir a Afganistán e Irak.
Recordemos por otro lado una de las “reflexiones” del ex presidente Bush: “Estados Unidos no puede permitirse cambiar su modo de vida basado en el uso del automóvil".
Ello nos lleva a pensar que el problema de EEUU, y de los países más desarrollados del planeta, es “mantener, por el mayor tiempo que les sea posible, lo que ellos definen como calidad de vida de su población”, la cual esta indisolublemente ligada al consumo y la disposición y/o posesión de fuentes de energía. ¿Cuál será la diferencia entre Busch y Obama para lograr ese objetivo?
Dentro de las políticas tendientes a solucionar aquel problema que caracterizamos como complejo y de gran magnitud, se destaca objetivamente la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, proponiendo para ello: mejorar la eficiencia energética global y sectorial, incentivar el uso de formas de energía renovable y de baja emisión y promover el desarrollo de las tecnologías energéticas consideradas limpias.
Cada uno de nosotros como ciudadanos del mundo debemos internalizar las campañas de ahorro de energía, aún cuando tengamos el dinero para pagar el derroche que podamos estar haciendo, pues debemos aceptar aquello que la “energía más limpia es la que se ahorra”.

CAMBIO CLIMÁTICO – ALTERNATIVAS DE MITIGACIÓN 

A  partir de aquello que: Definir políticas sobre energía implica, entre otras cosas, establecer la matriz energética en cada país o región, y ello representa  una decisión estratégica que “permite  encontrar posibilidades donde muchos no ven más que problemas”, debemos considerar las diferentes fuentes primarias para la producción de energía eléctrica que puede disponer un país y/o región.

Las principales fuentes mundiales contemporáneas de energía las constituyen el carbón, el petróleo, el gas, el uranio, el agua. Estas fuentes permiten alcanzar grandes potencias unitarias de producción (módulos de potencia) para facilitar la provisión continua a grandes centros de consumo y lograr el abaratamiento del precio de la energía. Ellas pueden definirse como

  1. Fuentes de generación fósiles: carbón, petróleo, gas
  2. Centrales nucleares de fisión: uranio, óxidos mixtos, plutonio
  3. Centrales hidráulicas: agua

En menor escala, debido a su reciente desarrollo y con módulos de potencia más pequeños y costos más elevados, se encuentran:

  1. Centrales eólicas: viento
  2. Centrales solares: Térmicas y fotovoltaicas
  3. Geotérmica: vapor del subsuelo
  • Maremotrices: diferencia de altura de mareas
  • Biomasa: procesos de fermentación de desechos y sus productos

Otra tecnologías en proceso de experimentación y/o desarrollo, lo constituyen las:

  1. Centrales nucleares de fusión: reacción nuclear de elementos livianos
  2. Las tecnologías para la captura y el almacenamiento de CO2


Hoy no podemos negar la relación entre energía y medio ambiente, y que el cuidado de este último está relacionado directamente con la supervivencia de la humanidad. Por ello, dentro de cada país y/o región, se deben examinar cuidadosamente las opciones energéticas para encontrar aquellas alternativas que  en su conjunto permitan minimizar el impacto sobre el medio ambiente, siempre dentro de un cuidadoso estudio del desarrollo sustentable.

Si consideramos que la cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable, aparentemente durante siglos, en aproximadamente 260 ppm. (partes por millón), pero en los últimos 100 años ha ascendido a algo así como 350 ppm., y la concentración de otros gases que contribuyen al efecto invernadero, como el metano y otros, está aumentando aún más rápido, el efecto neto de estos incrementos podría ser un aumento global de la temperatura de Tierra, estimado en 2 a 6 °C en los próximos 100 años. Un calentamiento de esta magnitud alteraría el clima en todo el mundo, con lo cual se afectarían a las cosechas, crecerían los grandes desiertos y haría que el nivel del mar subiera por la fusión de parte de los hielos polares. De ocurrir esto, millones de personas se verían afectadas por las inundaciones y habría cambios en la flora y fauna, con el consecuente impacto en las cadenas alimenticias.
Sabido es que los bosques absorben más dióxido de carbono de lo que emiten, ya que la vegetación usa el CO2 para crecer. Con ese proceso se logró durante siglos aquel equilibrio atmosférico. Pero en algunas décadas, con los daños ya provocados al planeta por la tala de árboles y el cambio climático, los bosques podrían comenzar a soltar grandes cantidades de carbono, contribuyendo así a la aceleración del fenómeno en vez de frenarlo", explicó Risto Sepala, profesor del instituto finlandés de investigación sobre los bosques.
Durante 2007 los informes internacionales sobre la situación del planeta hicieron más evidente el argumento según el cual el calentamiento global, en gran medida, es producto de la acción del hombre. En ese año el Comité Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) publicó una serie de estudios -los más preocupantes hasta ahora- que explican la dimensión del problema en términos de impacto sobre poblaciones, continentes y recursos naturales.
Otros estudios afirman que los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera aumentaron 35% más rápido de lo que se esperaba. Investigadores del Global Carbon Project encontraron que el uso ineficiente de combustibles fósiles incrementó los niveles de CO2 un 17% y el otro 18% se debió a la disminución natural de la capacidad de las selvas y océanos para absorber los gases invernadero, debido al incremento de la temperatura del planeta. "Esto demuestra que hay una disminución en la capacidad del planeta para absorber las emisiones causadas por el hombre", dijo Pep Canadell.
El IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change) se estableció en 1988 por iniciativa de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), y en su primer informe, presentado en 1991, concluyó que el calentamiento de la atmósfera era real e instó a la comunidad internacional a tomar medidas. Esas conclusiones impulsaron la aprobación, en 1992, de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y, más tarde en 1997, las negociaciones del Protocolo de Kyoto.
En el año 2007, el ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore y el IPCC, de la Organización de Naciones Unidas, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
Hoy el IPCC reúne a más de 20.000 científicos de 21 países y entre sus proyecciones está que el nivel del mar probablemente aumente entre 28 y 43 cm. antes de 2100. Pero también algunos grupos de presión han sugerido que los informes del IPCC, están exagerando la amenaza.
En su oportunidad un periódico británico informó que el American Enterprise Institute (AEI) estaba ofreciendo pagos cercanos a los US$10.000 dólares para los científicos de cualquier parte del mundo que pudieran llegar a señalar las debilidades del informe del IPCC, el cual argumenta que hay un 90% de posibilidades que la variación climática existente haya sido causada por la actividad humana. Aseguró también dicho periódico que el AEI está financiado por el gigante petrolero Exxon Mobil, y cita a expertos británicos que afirman que la iniciativa del AEI es un "intento desesperado de una organización que quiere distorsionar los resultados científicos, de acuerdo a sus propios objetivos políticos".
No obstante todo lo dicho, considero que la conciencia mundial va asumiendo la necesidad de obrar con premura sobre este efecto producido fundamentalmente por la quema de combustibles fósiles, tal como lo grafica el cuadro siguiente:

Gráfico de la encuesta

Además esta realidad esta impulsando la toma de posición respecto a las diferentes fuentes de energía, apareciendo, a partir del impacto producido por cada fuente a lo largo del ciclo de vida, nuevas denominaciones y nuevas unidades para medirlo, a saber:

  1. Fuentes de energía sin emisión de CO2
  2. Fuentes de energía de baja emisión de CO2
  3. Fuentes de energía de alta emisión de CO2

                    
Estas definiciones están impulsadas fundamentalmente por las autoridades francesas cuyo objetivo es, que en lugar de hablarse de energías renovables, se hable de energías con bajas emisiones de carbono. De esta forma, la energía nuclear no aparece mencionada expresamente como energía renovable, pero se considera incluida de forma implícita puesto que no emite CO2, el principal causante del cambio climático. Está excluida de los mecanismos financieros del Protocolo de Kyoto, que impone penalizaciones a las empresas emisoras de gases de efecto invernadero, ya que la energía nuclear no los genera de forma directa. Esta decisión se concretó en julio de 2001, en la Cumbre de Bonn del Convenio Marco de Protección del Clima.

La importancia del tema de la “energía” y el “medio ambiente” puede deducirse de la declaración final de los Ministros de Agricultura del G-8 reunidos en Treviso (Italia) desde el 18 de Abril p.p., donde, refiriéndose al hambre en el mundo, se dice: …….“El tema de la alimentación mundial” deberá tener en adelante, el mismo peso en las agendas de los Jefes de Estado y Gobierno del G-8, que la “protección contra el cambio climático”, “la crisis financiera”, “la protección del medio ambiente” y “el abastecimiento energético”.  
Todo lo anterior indica que la matriz energética nacional, regional y mundial, deberá integrarse en los próximos años con todas las fuentes de energía existentes, debiendo ser la tendencia al crecimiento de las fuentes de energía sin emisión de CO2,  y decrecimiento de las de alta emisión de CO2,  tal como lo muestra la curva siguiente:
                      

Nota: Los cambios políticos que tuvieron lugar en EEUU, país que se negó a firmar el Protocolo de Kyoto, parecen indicar algún cambio en relación a lo dicho anteriormente. En ese sentido podemos señalar: a) Que …… El 26 de enero el presidente Obama firmó dos memorandos presidenciales relacionados entre sí. El primero, en lo que llamó “un anticipo de un esfuerzo más amplio y sostenido para reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero”, Obama ordenó al Departamento de Transporte que establezca estándares más altos de eficiencia de combustible en los modelos de 2011 para los fabricantes de automóviles. El segundo memorando ordenó a la Agencia de Protección Ambiental que reconsidere una solicitud de California para imponer límites más estrictos que los que impone el gobierno federal a las emisiones de gas de invernadero de vehículos automotores; y  b) Que ………. En una declaración de ambos presidentes, Estados Unidos y México se comprometen a elaborar una arquitectura financiera para movilizar la inversión hacia tecnología beneficiosa para el medio ambiente; y por otro lado en una hoja informativa de la Casa Blanca se indica que el Marco Bilateral sobre Energía Limpia y Cambio Climático entre ambos países se concentrará en: energía renovable, eficiencia energética, adaptación, mecanismos de mercado, silvicultura y utilización de la tierra, empleos verdes, desarrollo de tecnología energética de baja emisión de carbono y la expansión de su capacidad. También permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen directamente al calentamiento global y reforzar la fiabilidad y la transmisión eléctrica transfronterizas para que reduzcan su impacto en el clima.
Si bien reconocemos la importancia de esas medidas, tales decisiones se toman en EEUU desde una posición preferencial en el contexto de las naciones, tal como lo muestra la siguiente tabla:
Emisiones per cápita y acumuladas de CO2 (por consumo de energía), PIB per cápita y número de personas sin electricidad

 

Emisiones per cápita de CO2, 2004 (toneladas)

Emisiones de CO2 acumuladas totales, 1840-2004 (en % del total mundial)

Emisiones de CO2 acumuladas per cápita, 1850-2004
(toneladas)

PIB per cápita (PPA), 2005 (dólares)

Número de personas sin electricidad, 2005 (millones)

China

3,8

8,1

68,9

6.757

8,5

India

1,2

2,3

23,3

3.452

487,2

EEUU

20,6

29,4

1.105,4

41.890

-

Japón

9,9

3,9

334,2

31.267

-

Alemania

9,8

7,2

962,8

29.461

-

España

7,6

0,9

237,9

27.169

-

Países en desarrollo

2,4

24,9

53,9

5.282

1.569,0

Países desarrollados

13,3

75,1

843,0

33.082

-

Fuentes: PNUD, Informe sobre desarrollo humano 2007, cuadros 1, 22 y 24; World Resources Institute, Climate Analysis Information Tool (CAIT) y elaboración propia.

ENERGÍA EN EL MUNDO - LA ALTERNATIVA NUCLEAR

Todos los pronósticos indican que en las próximas décadas el consumo de energía en el mundo seguirá aumentando, y en particular el consumo de energía eléctrica lo hará con mayor rapidez. Los últimos informes del Consejo Mundial de Energía (WEC) incluyen un escenario en el cual se estima que el consumo global de electricidad puede llegar a incrementarse en aproximadamente un 75% para el año 2020 y prácticamente triplicarse para el 2050.
Para graficar las expectativas indicadas anteriormente, además de los valores de la tabla anterior, pensemos que países en desarrollo como Bangladesh y Tanzania consumen actualmente menos de 100 kWh por año y por persona, mientras en Argentina el consumo es de aproximadamente 1500 kWh y en otros países más desarrollados, como Canadá y Suecia, se llega hasta 15.000 kWh. Mención aparte merece el caso de China e India con indicadores bajos en cuanto a consumo por persona de energía eléctrica, no así de energías primarias, pero con un fuerte crecimiento en el consumo de ambas.
Algunos estudios definen más claramente aquella desigualdad al relacionar distintos indicadores, como el “Índice de Desarrollo Humano (IHD)” en función del “Consumo de Energía Eléctrica por Persona (CEEP)”, cuya relación nos dice que un valor de 0,9 para el IDH se relaciona con un valor del CEEP de 4.000 kWh por año y por persona, y que, en valores aproximados, solo un 15% de la población mundial llega a un IDH de 0,9 y solo un 18% alcanza los 4.000 kWh por año.
Mientras que no existen casi controversias sobre el aumento en la demanda de la energía eléctrica, el debate que se plantea es de donde provendrá esta electricidad, teniendo en cuenta que el objetivo global debería ser: “Crecimiento energético responsable, para un futuro sostenible”, o sea, “Llegar a todos los hogares con  servicios energéticos modernos y soportables económicamente; hacer que esos servicios respondan al incremento de la demanda arriba anunciada y al mismo tiempo controlar la emisión de gases que incrementan el efecto invernadero”.
Debemos tener en cuenta que anualmente la población mundial crece en algo así como 100 millones de habitantes, fundamentalmente en los países en desarrollo, en los cuales, disponer de servicios energéticos, es básico para superar la pobreza. Cumplir con el objetivo antes enunciado requiere una inversión multimillonaria en dólares, tanto en infraestructura energética, como en I + D para lograr el empleo eficiente de energías limpias e incrementar la eficiencia energética. Cada país o región deberá decidir sobre políticas que generen la sinergia necesaria entre los sectores involucrados para hacer posible aquella inversión, y por otro lado aprovechar las alternativas de estímulo fijadas en el contexto internacional, como por ejemplo el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Debemos ser concientes que las inversiones de hoy determinaran el escenario del 2030, y que las generaciones venideras serán herederas de las decisiones actuales.
La consecución de aquel triple objetivo, fijado por el WEC, como Accesibilidad, Disponibilidad y Aceptabilidad, requerirá también de una cuota importante de “Responsabilidad”.
En la actualidad, a nivel mundial, los combustibles fósiles –carbón, petróleo y gas- contribuyen con un 63 % de la producción eléctrica, la hidroeléctrica representa alrededor del 19 %, la nuclear 17 %, la geotérmica 0,3 % mientras que la solar, eólica y biomasa contribuyen en conjunto con menos del 1 %. En nuestro país, para los últimos años, las proporciones fueron aproximadamente,  52 % de origen térmico, 36 % hidráulica, 12 % nuclear y 1,4% de otras fuentes dentro de las cuales el 0,01% es de origen eólico.
Planteada la inercia cultural de las sociedades más desarrolladas hacia el ahorro de energía, la complejidad para mejorar la eficiencia energética, las objeciones a las fuentes primarias de origen fósil por su aporte al cambio climático, las prácticamente nulas posibilidades de incrementar las fuentes de origen hidroeléctrico y las dificultades de las fuentes de energía renovables para satisfacer los grandes y concentrados consumos en las próximas décadas, aparece la energía nuclear como la alternativa más favorable para “ayudar” a cubrir los crecimientos de demanda antes mencionados.

Ing. Héctor Alfredo Malano
Ing. Electricista y Diplomado en Ing. Nuclear
Director del Reactor Nuclear RA-0

Referencias: Documentos de la CNEA, la OIEA y de otras organizaciones relacionadas con el tema.

La segunda parte se emitirá en el boletín número 6 correspondiente al mes de Agosto.
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